PASCUA 2015: PARA ROMPER LA RUTINA
Publicada el 5 de mayo de 2015 a las 07:00

La Semana Santa, aunque supone una época de reflexión y armonía, ha adquirido un significado muy diferente en la sociedad, especialmente entre los jóvenes. Esta semana no representa para la mayoría de nosotros lo que debería ser, sino que adquiere el símbolo de vacaciones, rumba, salidas con amigos, largas horas de sueño y en el caso de muchos, la obligación de ir a tediosas misas de las que salimos más muertos que vivos.

Aceptémoslo, ¿quién disfruta oír el sermón de las siete palabras (que más que siete parecen mil) en un lugar donde una gran muchedumbre se aloja y en el que el calor se hace desesperante? Sin embargo, a pesar de que esta sea la realidad que vivimos, la Semana Santa no debería ser así, pues su propósito no es aburrirnos y que al final no aprendamos absolutamente nada, sino que lo que espera es que nos encontremos con nosotros mismos y que se evidencie un cambio en nuestros corazones.

No obstante, toda esa rutina exasperante quedó en el pasado este año, ya que alrededor de 25 adolescentes tuvimos la oportunidad de vivir la Pascua Juvenil, diseñada por nosotros y para nosotros.

Inicialmente todos los que nos habíamos inscritos creíamos que la Pascua que íbamos a celebrar era la monótona y aburrida a la que estábamos acostumbrados, pero todo cambió, pues lo que hicimos fue muy diferente. En primer lugar, mediante juegos y retos (muy peculiares) fuimos conociéndonos unos a otros, a pesar de que por muchos años ya nos habíamos visto en el colegio. Habiéndonos conocido, organizamos cómo celebraríamos nuestra Pascua, y de qué forma cada uno aportaría a ella, hallando nuevas cualidades en nosotros mismos y en los demás, además de lograr entender el significado del trabajo en equipo.

Esta Pascua Juvenil nos permitió comprender que este período no se trata de una semana para asistir a misa y recordar todo el sufrimiento que padeció Jesús antes de su muerte, sino conocer por qué el dio su vida por nosotros, captar el significado de ese acto de amor. Lo que al fin logramos entender, aunque lo hayamos oído cada año, es que la Semana Santa es una invitación a ser personas, pues lamentablemente vivimos en un mundo en donde impera el egoísmo y la avaricia y en el que para sobrevivir debemos dejar a un lado muchos valores y concentrarnos en nosotros mismos sin importar la situación de quienes nos rodean.

Por eso es que esta semana es tan importante, pues año tras año nos motiva a crear un mundo diferente, uno en el que reinen el Amor y la Paz. Pero, para lograr ese mundo ideal que toda la humanidad "desea" tener, debemos esforzarnos por conseguirlo. No consiste en esperar a que los demás cambien sino a examinar nuestra alma, nuestra forma de actuar, y ver cómo podemos contribuir a la sociedad.

Dios no espera que seamos perfectos. Él solo quiere que todos seamos felices, que podamos vivir en el mundo que Él creó para nosotros, y no en el que el ser humano se ha encargado de crear, pues como miles de veces nos lo ha dicho y hemos escuchado: "Vio Dios que todo era bueno" (Gn 1, 12.18.21.25).

Finalmente solo me resta decirles que si quieren romper la rutina, si quieren vivir con pasión esta semana tan importante, una buena opción para hacerlo es la Pascua Juvenil, pues no solo te permite encontrarte contigo mismo sino también con quienes te rodean.

Yurley Garay Vanegas

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